sábado, 19 de enero de 2008

Un día en las carreras (III)

El cross de la Universidad Camilo José Cela cerró el pasado sábado un mes y medio de locura en el que he participado en cuatro carerras populares: cross de la UAX, San Silvestre pontevedresa, cross de la UEM y ésta que nos ocupa. Han sido cuatro carreras de las que en mayor o menor medida me llevo un buen recuerdo.

El cross de la UAX fue mi primera participación en el circuito universitario de la especialidad. Esa prueba tuvo un cierto valor sentimental para mí (sí, a veces tengo sentimientos o algo que se le parece...) ya que transcurría por la pista de atletismo de la universidad y por el pinar que hay cerca del campus. Precisamente los dos lugares en los que hace menos de año y medio decidí abandonar mi sedentarismo militante y empezar a correr hasta alcanzar el volumen de kilómetros casi enfermizo que me meto entre pecho y espalda actualmente. Además fue la prueba en la que hice una mejor media de velocidad, con unos estratoféricos (para mí) cuatro minutos y siete segundos por kilómetro.

La San Silvestre pontevedresa también tuvo su punto sentimental. Fue la primera popular que he disputado en mi ciudad natal, y poder correr con dos de mis amigos por calles que conozco como la palma de mi mano en medio del ambiente típico de las San Silvestres fue una manera cojonuda de terminar el primer año medianamente bueno que he vivido en los últimos tiempos. Esa carrera me sirvió también como primer intento de volver a correr a buen ritmo después de mi misterioso percance navideño. Y no fue nada mal la cosa ya que, con la inestimable ayuda de las cuestas abajo de la Zona Monumental, logré hacer uno de los kilómetros de la prueba en 3'40''. Supongo que ésa fue la causa de las agujetas con las que empecé el año 2008 xD Pero lo mejor de todo es que fui el único de los tres que logró llevarse una botella de sidra a casa como recuerdo... Botella que me olvidé en mi casa y no pude pimplarme en Nochevieja como había planeado en un principio. Desmemoriado que es uno.

De la carrera de la UEM poco más puedo decir. Una organización que dejó bastante que desear, un atasco en la línea de meta injustificable y demás quejas que ya dejé escritas aquí en su momento. Aún así sí que saqué algo positivo de esa carrera. Fue la que, a pesar de sus errores, terminó por engancharme al circuito universitario madrileño de cross. Hay un ambiente en esas carreras como no he visto en ninguna otra.

Y con ese bagaje me presenté el sábado pasado en el campus de la UCJC en Villafranca del Castillo para participar en la que para mí fue no sólo la mejor de estas cuatro carreras consecutivas, sino la mejor de las carreras en las que he participado hasta el momento. Una organización excelente, inscripción gratuita, buena bolsa del corredor (bebida, comida, una camiseta y merchandising vario de la universidad), un circuito que transcurría buena parte de él por el cesped de los jardines del propio campus, un día soleado con el clima perfecto para correr y un ambiente inmejorable.



La carrera en sí me resultó muy divertida de correr. Al poco de la salida logré engancharme a un grupo que iba a un ritmo que me iba bien y corrí buena parte de la prueba con ellos. Cierto es que hubo tres kilómetros en los que nos dormimos un poco en los laureles (hay por ahí uno que corrimos en unos 4'45'' en el que parece que todos nos pusimos de acuerdo para bajar los brazos un ratín) pero lo compensé con un mano a mano en el último kilómetro con uno de los corredores del grupo que al final me metió un hachazo del que todavía me intento recuperar :P

A eso hay que sumarle que la configuración del propio circuito hacía que hubiese una buena cantidad de público al otro lado de la cinta que animaba continuamente cada vez que pasabas cerca, lo que quieras que no se agradece. Mención especial para los niños que se ponían al borde del circuito con los brazos extendidos para que les chocases la mano. Sí, les choqué esos cinco... Varias veces... Y luego pretendo ir de malo por la vida. Soy una farsa...

Divago. Para variar. Van siendo horas de finiquitar esto y dormir unas pocas horitas antes de las clases y el examen de mañana.

Estas cuatro carreras en tan poco tiempo han sido una verdadera gozada de correr. Me ha quitado el mono de populares para una buena temporada. Ahora vienen los exámenes con lo que ya no tendré demasiado tiempo para pasármelo trotando cual muflón por ahí. En cuanto despierte de esa pesadilla llamada convocatoria de febrero habrá que recuperarse de estas semanas de inactividad que se avecinan y empezar a correr como un loco para preparar con unas mínimas garantías el gran objetivo de este 2008. Mapoma, ¡prepárate! ;-)

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