La última víctima de mi genocidio tecnológico (últimamente se me han muerto el portátil, el móvil y el pulsómetro) fue la cafetera de seis leuros que compré hace cosa de tres o cuatro años en el Carrefour. Ha sido una excusa cojonuda para poder comprarme una Dolce Gusto a la que le tenía echado el ojo desde hace unas semanas.
El Latte Macchiato queda tan bonito como el que sale en la foto y está bien rico. El expreso, el chocolate y el capuchino también están de vicio. Estoy encantado con el aparatito.
La máquina en cuestión está desarrollada a medias entre Krups y Nestlé y sólo funciona con cartuchos de Nescafé. Espero que Nacho no me eche demasiada bronca por haberme metido en una plataforma cerrada. Pero estuve buscando y no di con ninguna cafetera que cumpla con el contrato social de Debian ;-)
1 comentario:
Supongo ke con un poco de maña se podria hacer un hackeo de las bolsas esas especiales.... (como los cartuchos de tinta de las impresoras)
P.D. a mi me da igual.... pero si se entera Stalman igual se acerca a tu resi a darte dos collejas!!!
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