viernes, 3 de octubre de 2008

Aterrador

Durante el próximo mes y medio me aguarda un ritual diario de ejercicios de rehabilitación y masajes para intentar recuperar de una vez una lesión que arrastro desde junio y que compliqué estúpidamente al empeñarme en participar en la Subida ao Aloia cuando el sentido común me decía que no era la mejor de las ideas.

Ante semejante panorama, el párrafo que me encontré ayer en Corre, Spanjaard (uno de los mejores blogs que se escriben sobre este submundo de correr y similares) me resultó especialmente aterrador. Copio y pego vilmente:

El contacto con el suelo se dispone en tres vectores de fuerza: el vertical (peso del cuerpo), el avance y la resistencia en el impacto. La suma de las tres se debe disipar en la 1/3 parte del tiempo que se utiliza caminando. En unas dos décimas de segundo. El corredor impacta sobre el suelo entre 50 y 70 veces por minuto con cada pie, o sea, disipar hasta mil impactos en un km. Más frecuencia para corredores ligeros, de elite, que pueden pesar entre 48 y 60kg, o menos frecuencia para corredores lentos pero de hasta 100kg. En ambos casos, entre 40 y 50 toneladas de fuerza por kilómetro. El calzado pierde absorción de impacto con el uso. La dinámica de cada pisada es diferente y casi nunca perfecta. La inclinación del terreno, los peraltes, etc. Todo influye en la ruta de la absorción de impacto, según leo en un sitio especializado. Pásmense: arco medial del pie, músculos laterales de la pierna baja y membrana entre la fíbula (lateral de la rodilla), biceps femoral, tuberosidad de los isquios hacia el glúteo máximo y músculo sacroiliaco, Multifidus y porciones mediales de las lumbares. A veces obligamos a los abdominales transversales a mantener el equilibrio del cuerpo en la zancada. Las conclusiones, así, son demoledoras en favor de esa máquina que parece tan deteriorada o fofa o canija que es nuestro cuerpo, pero que finalmente funciona como un gran amortiguador para los impactos mientras corremos (por mal que corramos). Cualquier músculo rígido o acortado, o desalineamiento de articulaciones, puede interferir en la disipación es esas fuerzas y derivar en lesiones crónicas que aparecen en cuanto incrementemos la distancia corrida.

Da mucho miedito. Me temo que además de recuperarme la lesión en sí también tendré que perder el miedo a la recaída.

Y sólo quedan 204 días para MAPOMA 2009. Empiezo a pensar que no llego...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues los remedios son añejos y conocidos. Deja el Mapoma para 2010, para bien parado, estira, fortalece y búscate un buen libro.

Venga, ánimo y que no te acobarden esas palabras. Ya contarás.

SPJ

Lis dijo...

Gracias por los ánimos y consejos ;-)

Renunciar a Mapoma 2009 se me hace duro pero es lo que ahora mismo me dicta la prudencia y la falta de tiempo.

Este verano he aprendido que ir a un carrera arrastrando una lesión es una señora estupidez y desde luego no pienso repetirla. Al menos he sacado una lección positiva de todo esto :)