Condenado al olvido en lo más profundo de un cajón en el cuarto de la plancha está el que posiblemente sea el mayor de los culpables (
ex aequo con el
Spectrum) de que con los años me haya convertido en el friki que soy en la actualidad.
"El nuevo y fácil de jugar Dungeons&Dragons Game" fue el primer juego de rol al que jugué (más bien dirigí, si nos ponemos quisquillosos) hace ya unos cuantos años. Como catorce, si la memoria no me falla, lo que ha llovido... Pero éste no fue el primer JdR que cayó en mis manos, el año anterior me había comprado el
MERP (muestra excelente del peor rol ochentero, empeñado en buscar realismo incluyendo mil millones de tablas estúpidas) que jamás llegué a estrenar, detalle sin importancia que sin embargo no ha evitado que le siga teniendo tirria incluso a día de hoy.
Lo cierto es que a esta versión simplificada del mítico
D&D apenas podría ser clasificada como un juego de rol. Aunque tiene todos los estereotipos clásicos (enanos, halflings, dragones, tesoros, puntos de experiencia y demás) las partidas en sí tenían más que ver con un juego de mesa táctico que con cualquier otra cosa, pero bueno. Estaba pensado para enganchar a la gente al mundillo del rol y conmigo al menos consiguió cumplir su propósito.
El mayor acierto de esta edición eran las "Dracofichas", unas tarjetas de referencia que se guardaban dentro de la pantalla del director de juego que en un primer momento te iban enseñando a jugar paso a paso y más adelante facilitaban la tarea resolver dudas puntuales sobre el reglamento sin tener que recurrir al manual. Lo peor era que estaba realmente limitado y el objetivo final era obligarte a dar el salto a
AD&D (el producto estrella por aquellos años de
TSR) si querías seguir jugando. Pero con nosotros la jugada nos les salió bien. Nuestros escasos siguientes pasos en el rol se encaminaron hacia
Star Wars y
Fanhunter, aunque mis amigos no compartían mi entusiasmo y tuve que pasar unos años oscuros de sequía rolera contentándome con sucedánemos como
Magic,
Warhammer o
MECCG.
Pero dejémonos ya de tonterías melancólicas y veamos algunas fotillos de esta pequeña joya:
La mítica caja del dragón rojo
Parte trasera, con la clásica promesa de horas de diversión sin igual
El reglamento
Detalle del reglamento, con la inevitable tabla de generación de tesoros
Las dracofichas guardadas dentro de la pantalla del DM
Así se jugaba en los ochenta, muñeca... Dungeon crawlin' puro y duro :PTengo también un par de expansiones tiradas por ahí. Si tal un día de estos subo alguna fotillo más...